Todos sabemos que Dios tiene un serio problema con el pecado, pero si él es verdaderamente amoroso ,el debería ser más tolerante con nuestras limitaciones, ¿no es así?
La realidad es que Dios es misericordioso, pero eso no es lo mismo que ser tolerante.
Hay una razón por la que Dios no soporta el pecado. Verás, su naturaleza esencial es santa y pura. (Véase Deuteronomio 32:4, Isaías 54:5 y Apocalipsis 4:8).
Así pues, un Dios santo no puede relacionarse con el pecado de ninguna manera. Es tan santo que “no puede permitir el pecado en ninguna de sus formas” (Habacuc 1:13). Hacerlo violaría la esencia misma de lo que Él es. Así pues, nuestro pecado nos separa naturalmente de Dios. Y una separación relacional de Él causa la muerte espiritual. “La paga del pecado -dice la Biblia- es la muerte” (Romanos 6:23). Es esta muerte o separación de Dios lo que preserva su santidad. Y, sin embargo, como es un Dios de amor, la Biblia declara que se deleita en mostrar misericordia (Miqueas 7:18). Entonces, ¿qué debe hacer?
La respuesta está en la combinación de su amorosa misericordia y su perfecta justicia. Hay que pagar por el pecado. Y ahí es donde entra en juego la justicia de Dios. En lugar de ser tolerante con nuestro pecado, el sentido de la justicia de Dios, combinado con la misericordia, paga por él. Pagó por nuestro pecado nada menos que con la vida de su Hijo único.
Su santidad queda satisfecha porque Jesús fue sin pecado: un sacrificio perfecto sin pecado. Somos “justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que vino por Cristo Jesús. Dios lo presentó como sacrificio de expiación, mediante la fe en su sangre (Romanos 3:24-25). Dios pagó un precio muy alto para concedernos el perdón.
Pregunta: ¿Cómo te hace sentir el sacrificio que Jesús hizo por ti respecto a Dios, el pecado y la misericordia?
Pregunta: ¿Qué piensas de un Dios que sacrificaría a su único hijo por unos simples humanos?
Contenido adaptado de Preguntas Profundas sobre Dios y la Biblia
