Folleto apologético que examina las evidencias objetivas de la muerte y resurrección de Jesucristo
¿Cómo uno podría encontrar una respuesta verdadera a la pregunta de si Jesús resucitó o no de entre los muertos?
Un historiador crítico verificará la validez de los registros de testigos, confirmará la muerte de Jesús mediante la crucifixión, repasará los procedimientos del entierro y confirmará los informes de la tumba vacía y de Jesús visto vivo al tercer día, luego considerará posibles explicaciones alternativas del evento.
Esta es la primera de nuestras seis publicaciones diaria de blog que exploran la validez de la resurrección de Cristo. Durante esta semana lo invitamos a considerar la evidencia histórica y objetiva que da a los creyentes la certeza de que Jesús resucitó de la muerte, ¡tal como lo prometió!
Sea lo que sea que uno crea acerca de Cristo resucitando de entre los muertos, todos tienen que admitir que algo significativo sucedió en esa mañana — algo tan dramático que cambió completamente la vida de once hombres, permitiéndoles soportar voluntariamente el abuso, el sufrimiento, y en muchos casos, la muerte.
Algunas personas dicen que no pueden creer en la Biblia porque se contradice a sí misma. Pero, ¿es esto verdad? Tenemos que recordar que todos los evangelios fueron escritos por hombres quienes tuvieron en sus vidas diferentes experiencias con Jesús. Aunque cada uno cuenta la misma historia de la muerte de Jesús y su resurrección, los detalles en sus relatos difieren, debido a sus perspectivas y las narrativas elegidas. Lucas, por ejemplo, usó una técnica que se llama “telescópica”, en la cual comprimió el tiempo para simplificar la narración. Pero en el evangelio de Juan, se nos muestra que los acontecimientos ocurrieron durante un período de tiempo más largo.
¿Las aparentes discrepancias en los evangelios socavan la confiabilidad histórica de la Biblia?
Bueno, tenemos que preguntarnos si estos detalles son contradicciones, o simplemente diferencias. Las declaraciones pueden diferir, pero no ser contradictorias.
Si tú y yo presenciáramos un accidente de moto de una persona, por ejemplo, ¿qué probabilidades hay de que luego contáramos a los periodistas de las noticias de la noche exactamente los mismos detalles? Seguramente, tendríamos la historia general correcta: el motorista fue mellado por un coche, giró hacia el tráfico que venía en sentido contrario, pero sorprendentemente sobrevivió tras ser arrojado a un enorme bulto de heno a un lado de la carretera.
Aparte de eso, mi versión para el reportero de las noticias probablemente se apartaría de la tuya, según mi punto de vista y mi perspectiva personal. Tal vez sólo yo me diera cuenta de que, cuando el motorista aterrizó en el pajar, la sorprendida pareja que se había estado besando detrás de éste gritó y huyó, ¡porque estaba avergonzada! En tu versión, puede que imites las palabras que gritó el motorista al ser lanzado al aire, palabras que yo no capté. Solo el tercer testigo, que tenía una buena vista de la Harley del motorista, pudo contar cómo la moto se puso de lado, derrapó y golpeó una señal de stop con tanta fuerza que la señal se dobló y agarró la moto como una mantis religiosa que atrapa la cena.
¿Nuestras aparentes discrepancias socavan nuestra fiabilidad como testigos?
En absoluto, siempre y cuando describamos honestamente lo que de hecho sucedió. Lo mismo es cierto para los evangelios.
La mayoría de los estudiosos coinciden ahora en que el género de los Evangelios es la antigua biografía grecorromana. Este género permitía a los autores el mismo tipo de flexibilidad a la hora de informar que tú y yo utilizamos en nuestra conversación diaria.
El difunto erudito del Nuevo Testamento John Wenham dijo lo siguiente “Ahora me parece que estos relatos de la resurrección exhiben de forma notable las conocidas características de la información precisa e independiente, pues superficialmente muestran una gran desarmonía, pero al examinarlos de cerca los detalles van encajando.” Añade Sean McDowell: “Como dice mi padre, el hecho de que Jesús fuera asesinado es tan cierto como cualquier acontecimiento registrado en la historia antigua. Tenemos que rechazar cualquier teoría que intente explicar la resurrección diciendo que Jesús sobrevivió de algún modo su prueba, se apareció a sus discípulos como una masa sangrante y les convenció para que dijeran a la gente que Él había resucitado'”.
¿Qué evento transformó a los discípulos de ser personas derrotadas, acobardadas y de estar escondidas en evangelistas audaces? ¡La resurrección! ¿Por qué estaban dispuestos a difundir la Buena Nueva a pesar de ser golpeados, encarcelados y amenazados con el martirio? ¡La resurrección! Jesús murió, se levantó de entre los muertos e impactó tanto a sus seguidores con su derrota de la muerte que no pudieron dejar de compartir la asombrosa historia. ¿Qué nos da paz y fortaleza hoy para compartir la Buena Nueva? ¡La resurrección!
¡Viajemos juntos estos próximos dias!
En pocas días celebramos la Pascua. Durante esta semana veremos en las siguientes publicaciones diarias de este blog, los detalles exactos de la crucifixión y el entierro de Cristo. Así como los testigos oculares (muchos de ellos grandes multitudes a quienes Jesús se les apareció colectivamente), para probar el caso que Jesús en efecto, vivió, murió y se levantó de entre los muertos como nuestro Señor resucitado. Es nuestra esperanza que para la Pascua sepas que tu fe en Jesús se basa en los sólidos fundamentos de la verdad. ¡Acepta el reto de Pascua: piensa en una persona con la que puedas compartir la Buena Nueva! ¡Invítalos a la iglesia el domingo de Pascua!
Esta entrada del blog destaca el nuevo folleto de 64 páginas de Josh y Sean, La resurrección y tú. Estamos seguros de que este librillo será una herramienta eficaz de evangelización para ti en este tiempo de Pascua. Así que nos gustaría ofrecerte este recurso, ¡para ayudarte a compartir la Buena Nueva! BONUS: Cada pedido de 30 paquetes incluye un ejemplar gratuito de nuestro libro completo de 256 páginas, Evidence for the Resurrection. (Disponible solo en ingles)