Una vida que vale la pena observar


Tiempo de lectura: 3 min

Lectura bíblica: 1 Pedro 1:13-20
[Dios te rescató] con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación. 1 Pedro 1:19
Con los ojos llenos de lágrimas, Cristina cerró el himnario. Al ir saliendo del templo con su familia al final del funeral de su bisabuela pensaba cómo se la iban a arreglar sin ella todos los que la admiraban y que dependían tanto de ella.
La bisabuela de Cristiana había venido al país con sus padres cuando era más chica que Cristina. No hablaba el idioma, pero se adaptó a una nueva cultura, se casó y crió cinco hijos. Sus hijos estuvieron en la guerra, sufrió la muerte de su esposo y una hija. Había llegado pobre y siempre había vivido modestamente. A lo largo de sus 95 años había dependido del poder de Dios para superar cada una de sus pruebas. Era el mejor ejemplo de amor y obediencia que Cristina jamás había visto.
Cuando de saber y hacer lo bueno se trata, no hay nada comparable con tener a tu lado un ejemplo vivo.
Pero Jesucristo es todavía mejor. No, no lo puedes ver en persona. Pero puedes leer a lo largo de la Biblia acerca de él en acción y ver sus actos maravillosos como el ejemplo definitivo de lo que significa hacer lo bueno. Jesús no sólo enseñó la ley moral de Dios; a diferencia de cualquier ser humano que conozcas, también vivió una vida perfecta.
La Biblia no deja lugar a dudas en cuanto a la pureza de la vida de Cristo.
Pedro dijo: “Él no cometió pecado, ni fue hallado engaño en su boca” (1 Pedro 2:22). Es el “cordero sin mancha y sin contaminación” (1:19).
Pablo declaró que Cristo “no conoció pecado” (2 Corintios 5:21). “Él fue tentado en todo igual que nosotros, pero sin pecado” (Hebreos 4:15).
En 1 Juan se habla con frecuencia acerca de la perfección de Cristo: “es luz, y en él no hay tinieblas” (1:5); “abogado tenemos delante del Padre, a Jesucristo el justo” (2:1); “él también es puro” (3:3); “en él no hay pecado” (3:5).
Pilato dijo: “No hallo ningún delito en este hombre” (Lucas 23:4). La observación de Pilato ha sido el veredicto de la historia. Jesús vivió una vida realmente perfecta.
Aun los mejores ejemplos de obediencia y pureza a veces fallan. Da gracias a Dios por los buenos ejemplos que tienes entre tus familiares, los líderes de tu iglesia y tus amigos. Pero conserva tu enfoque principal en el ejemplo perfecto llenando tu mente con las palabras y las obras de Jesucristo, el Hijo de Dios.
PARA DIALOGAR: ¿Qué sientes ante la realidad de que tienes un líder tan maravillosamente perfecto?
PARA ORAR: Señor Jesús, estamos contentos porque tú nos dejaste un ejemplo, mostrándonos la manera acertada de vivir y amar.
PARA HACER: ¿Sabes que tú eres un ejemplo para todos los que te rodean, tal como lo era la bisabuela de Cristina? Sé fiel hoy a Dios con tus palabras y tus acciones de modo que tu vida sea una inspiración para otros.


Anterior

Siguiente