Lectura bíblica: 1 Juan 4:16-19
Dios permanece en él. En esto se ha perfeccionado el amor entre nosotros. 1 Juan 4:16, 17
Tema para comentar: Piensa en alguien que es realmente bueno, más que bueno. Menciona a alguien que es realmente buenísimo. Y aquí está lo importante: que sea alguien que no es creyente. Y luego contesta esta pregunta: ¿Cómo puede ser que alguien que no cree en Jesús sea una persona magnífica?
Aquí va un ejemplo. Nina había sido la mejor amiga de Felicia durante casi toda su vida. Felicia era buena, pero Nina era superbuena. Nina siempre brindaba su amistad a los chicos nuevos, siempre hablaba con bondad, y siempre se anotaba como voluntaria para ayudar en los hospitales y los albergues para ancianos. Cuando Felicia aceptó a Cristo como su Salvador y le anunció inmediatamente a su mejor amiga que ella necesitaba a Jesús, Nina le contestó que ella era tan buena como Felicia. No tenía que hacerse creyente porque ya sabía cómo querer a sus prójimos.
Las objeciones de Nina van al fondo de lo que significa ser cristiano, y por qué necesitamos compartir a Jesús con las personas buenas pero no creyentes en nuestro mundo. Aquí van cuatro realidades de las cuales podemos estar seguros:
Primera realidad: Los no creyentes pueden obedecer la Regla de Oro aunque no conozcan a Dios. No tienes que ser cristiano para poner en práctica alguna verdad bíblica. De hecho, ¡a veces los nos creyentes se esfuerzan más que muchos creyentes por cumplir la Regla de Oro!
Segunda realidad: Obedecer la Regla de Oro siempre requiere el poder único de Dios. La fuerza de voluntad te puede ayudar a hacer mucho bien. Pero vivir la Regla de Oro cuando resulta difícil amar requiere un poder sobrenatural que sólo el Espíritu Santo da. ¡La reacción natural es ser cruel con la gente que es cruel contigo!
Tercera realidad: Necesitas la Biblia para que te diga cómo actuar. El no creyente te puede decir “que escucha lo que le dice el corazón” para saber decidir entre el bien y el mal. Pero aunque tu conciencia y tu sentido común por lo general te llevan por buen camino, no son perfectos. Tu conciencia puede verse afectada por presiones externas e impulsos internos.
Cuarta realidad: Que seas bueno no significa que conozcas a Dios. Eso es difícil de aceptar, especialmente en la gente buena que queremos y admiramos. Pero la verdad es ésta: Por más buena y cariñosa que sea la persona no creyente, la salvación se obtiene únicamente por medio de la fe en Cristo, no por medio de seguir la Regla de Oro. El ser humano necesita más que el amor normal por los demás. Necesita la amistad de Dios mismo, ¡el origen del amor!
PARA DIALOGAR: ¿Qué le puedes contestar a alguien como Nina, que dice que no necesita ser creyente porque sigue la Regla de Oro?
PARA ORAR: Señor, estamos rodeados de personas magníficas. Muéstranos cómo ayudarlas a comprender que aun así necesitan conocerte.
PARA HACER: ¿Qué personas buenas conoces que necesitan conocer a Jesús? Haz planes con tu familia para contarles de Jesús con amabilidad y sabiduría.