Lectura bíblica: Juan 15:14-16
Yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y para que vuestro fruto permanezca. Juan 15:16
Te presento a Diana, la nadadora. Diana empezó a nadar en un equipo de natación a los nueve años y nunca aflojó. Ganaba prácticamente todas las competencia en que intervenía: estilo libre, mariposa, pecho y carreras de relevos. Para su segundo año de universidad, calificó para las Olimpiadas. El verano que viene, Diana competirá en sus primeras Olimpiadas.
Te presento a Mauricio, el creyente. A Mauricio le encanta cantar, actuar y estar en obras teatrales. En la secundaria, se ganó el rol estelar en varias obras teatrales y musicales. También era el mejor actor del ministerio teatral de su iglesia. Todos los que lo conocen están seguros de que un día lo verán en las películas. Recibió una beca a una reconocida academia de actores. Pero no la aceptó porque se anotó en un seminario con miras a ser misionero. Dentro de seis meses saldrá para las Filipinas con un equipo teatral evangelístico.
Tema para comentar: ¿Qué quieres lograr en el presente?; ¿y cuando tengas quince años?; ¿y después?
Dos estudiantes, dos metas completamente distintas. Para Diana, los logros personales constituyen el centro de su vida. Todo gira alrededor de superarse y ganar. Mauricio es distinto. Él también tiene talentos especiales, metas elevadas y logros extraordinarios. Pero a diferencia de Diana, los logros de Mauricio no lo definen. No es Mauricio el actor ni Mauricio el músico; es Mauricio el creyente quien actúa y canta. Para Mauricio, servir a Cristo tiene más importancia que sus metas personales. Él considera sus dones y talentos como maneras de servir a Cristo, y sus decisiones confirman sus creencias.
Sean cuales fueren tus habilidades y talentos, la primera tarea que Dios te da es usar tus dones para producir frutos que permanezcan. En la Biblia, el fruto representa el carácter interior tanto como el impacto que puedes tener sobre tu mundo. La primera meta de Mauricio es ser la persona que Cristo quiere que sea de modo que su vida atraiga a otros hacia Cristo. Él sabe que fama y fortuna no duran para siempre, pero sí lo harán las personas que confían en Cristo por el testimonio de su carácter y de sus palabras.
Entonces, ¿quiere decir eso que un creyente no puede llegar a ser un atleta en las Olimpiadas o un actor de Broadway? Por supuesto que no quiere decir eso. Pero no dejes que tus logros definan quién eres. Si has aceptado a Cristo como tu Salvador, eres cristiano en primer lugar, en último lugar y siempre. Haz que tu vida gire alrededor de las metas de Dios para tu vida. Luego adelante, a ser todo lo que puedas ser en todo lo que el Señor te ha dotado para ser.
PARA DIALOGAR: ¿De qué manera puedes usar tus talentos y habilidades para glorificar a Dios?
PARA ORAR: Señor, queremos darte el primer lugar en todo lo que hacemos. Ayúdanos a enfocarnos primero en tus propósitos para nuestra vida.
PARA HACER: Tracen un plan como familia para seguir teniendo sus devocionales después de hoy.