Lectura bíblica: Juan 14:6, 7
Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Juan 14:6
Lo estuviste pensando bien, y ahora te has decidido. En lugar de haraganear y dedicarte a no hacer nada el verano que viene, quieres vivir una aventura. Quieres ir adonde ninguno de tus amigos ha ido. Quieres ir a visitar a tu primo.
Pero hay un problema. Tu primo vive al otro lado del planeta, donde sus padres, que son científicos, estudian insectos en las selvas salvajes de Borneo. No sabes cómo llegar, ni como encontrarlo. Así que empiezas a averiguar cómo llegar.
No toda la información que recibes te sirve.
—Tienes que ir a China y seguir hacia el sur por unos cuantos miles de kilómetros. Buena suerte.
—No aceptes invitaciones a comer. Creo que todavía hay caníbales en Borneo.
—¿Te han contado de las cucarachas voladoras de Borneo? Son grandes como una casa. Devoran seres humanos.
Pero al fin tu búsqueda da resultado cuando te encuentras con un profesor de una universidad cercana.
—¿Borneo? ¿Quieres ir a Borneo? Me encanta Borneo. ¡Allí nací y allí crecí! Voy para allá este verano. Y da la casualidad que conozco a tu primo y la selva donde vive. Te puedo llevar al lugar exacto.
Supón que en realidad estuvieras buscando a un primo que vive lejos. ¿Qué consejo te ayudaría más? ¡No hay ninguna duda! Vas a querer hacer contacto con alguien que no sólo sabe a dónde vas y cómo llegar, sino que también conoce a tu primo y exactamente cómo encontrarlo. ¿Acaso podría ser más fácil un viaje a la selva?
Como creyentes, estamos en una búsqueda de vital importancia. Dios nos ha invitado a acudir a él. Santiago 4:8 dice: “Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros”.
Dios nos invita a disfrutar ahora mismo de esa relación cercana.
Pero, ¿cómo se llega a Dios?
Si tuvieras todo el tiempo, dinero y repelente de cucarachas en el mundo, es probable que tarde o temprano encontrarías a tu primo sin la ayuda de alguien que haya nacido en Borneo. Pero no hay manera de poder llegar a Dios sin Jesús. Para conocer a nuestro Padre celestial es necesario conocer a Jesús, su Hijo. Él vino a la Tierra como un ser humano para mostrarte cómo conocer a Dios.
Jesús no sólo muestra el camino a su Padre en el cielo, ¡él es el camino! No es un mapa del camino, él es tu camino. Si confías en Jesús, su Padre celestial te recibe porque también quiere ser tu Padre celestial.
PARA DIALOGAR: ¿Qué sentimientos provoca saber que Jesús, el Hijo, se interesa lo suficiente en ti como para mostrarte el camino a Dios, el Padre?
PARA ORAR: Señor, te doy gracias porque no tengo que andar a ciegas en la vida para encontrarte. Gracias porque enviaste a Jesús para mostrarme el camino a ti.
PARA HACER: Dibuja un mapa o una ilustración que te haga acordar que Jesús, el Hijo de Dios, es el camino a Dios, el Padre.