Lectura bíblica: Mateo 13:3-9, 18-23
El que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye la palabra y la entiende, el que de veras lleva fruto y produce. Mateo 13:23
—Bienvenido a la oficina de empleos. ¿Cómo puedo ayudarle a encontrar un empleo, señor…?
—Me llamo Germinación, señorita, pero puede llamarme Germi.
—Y usted es una semilla, ¿no es cierto, señor… este… quiero decir… Germi?
—Sí, señorita, soy una semilla. Y estoy listo para ponerme a trabajar y lograr mi máximo potencial.
—¿Y cuál es su potencial, Germi?
—Fruto, señorita. Mucho fruto. Toneladas de fruto.
—Pero usted no es nada más que una semilla. Es tan pequeño y… en fin… insignificante.
—Sí, señorita, pero plánteme en el ambiente adecuado y verá cómo brota el fruto.
—Está bien, Germi, a ver qué tengo aquí para usted. Ah, parece que en un camino hay muchas vacantes. Trabajo muy fácil, y puede comenzar hoy.
—Lo siento, señorita, pero para dar mucho fruto, tengo que penetrar en la tierra. En la superficie hay demasiadas distracciones. Además, a mi amigo Tito lo sembraron en un camino y se lo comió un pájaro.
—Mmm, entiendo. Bueno, el capataz de los pedregales está pidiendo más semillas.
—No puedo realizar mi mejor trabajo en los pedregales, señorita. La tierra no es profunda. Hay demasiadas piedras. Tengo que enterrar mi raíz muy hondo en la tierra y crecer a una buena altura para llevar fruto. ¿Qué otro trabajo tiene?
—Bueno, siempre está el terreno espinoso, Germi. Allí las cosas parecen crecer bien.
—¿Habla en serio? Esos tipos malos ahogan la competencia antes de que pueda empezar a crecer. Caer entre los espinos sería pedir la horca.
—Es usted muy pretencioso, Germi. ¿Quiere trabajar o no?
—Señorita, con mi potencial de producir mucho, mucho fruto merezco el mejor ambiente posible.
¿No tiene un terreno bueno, fértil que ya haya sido arado y esté listo para la siembra? No puedo dar fruto sin una tierra así.
Sucede lo mismo con el fruto espiritual; no manzanas, naranjas, calabazas y espárragos, sino las cualidades positivas del carácter como amor, gozo, paz, paciencia y bondad de las que habla la Biblia en Gálatas 5:22, 23.
Desarrollamos esas cualidades como las de Cristo cuando recibimos la “semilla” de la Palabra de Dios en nuestra vida: leyendo fielmente la Biblia, prestándole mucha atención y pensando en ella con frecuencia. Al hacerlo, la Palabra realiza una obra asombrosa en nosotros. Llegamos a ser los discípulos entusiastas que Dios quiere que seamos.
PARA DIALOGAR: Según tu opinión, ¿qué significa ser “buena tierra”? ¿Cómo lo serás hoy?
PARA ORAR: Señor, queremos dedicar tiempo para estar cerca de ti hoy al leer tu Palabra y pensar en ella. Gracias porque harás que demos fruto.
PARA HACER: Comparte con un amigo las cosas que Dios te está diciendo a través de su Palabra.