Manzanas podridas en el barril


Tiempo de lectura: 3 min

Lectura bíblica: 2 Timoteo 3:2-5
Las malas compañías corrompen las buenas costumbres. 1 Corintios 15:33
—Mis padres siempre me regañan por las amistades que tengo –—se quejó Nancy—. Dicen que ando con “chicos que causan problemas”. Sé que mis amigos no son perfectos. Pero papá y mamá se creen que tengo dos años. Quieren que mis mejores amigos sean los personajes de Calle Sésamo.
¿Alguna vez te han regañado tus padres por los chicos con quienes andas? Quizá te digan cosas:
—No me gusta como te portas cuando andas con Fulano. O:
—No quiero que te portes como acaba de portarse Mengano. O también:
—Me parece que Sultano es una mala influencia.
Los padres de familia no tienen ojos en la parte trasera de la cabeza. Pero tengas cuatro o catorce años, tus padres pueden detectar problemas que tú no ves. Los mayores no consideran únicamente cómo son tus amigos en este momento. Tratan de realmente vislumbrar tu futuro. Y a veces ven problemas más adelante, por ejemplo, que alguien cerca tuyo va a terminar en problemas serios. Quizá estás seguro de que tus padres se equivocan, o quizá en lo profundo de tu ser sabes que tienen razón. Pero sea cual sea el caso, ellos saben que los malos amigos pueden desviarse del camino y llevarte con ellos, arrastrándote lejos de Dios, tu familia y los amigos sanos (1 Corintios 15:33).
Ser inteligentes al escoger nuestros amigos nos ayuda a llegar a ser las personas que Dios quiere que seamos. Si estamos dispuestos a admitir que nuestros amigos cercanos tienen una fuerte influencia sobre nosotros —y de veras la tienen— entonces vamos a querer tener cuidado al elegir nuestros mejores amigos.
Tema para comentar: ¿Cómo podemos distinguir a los buenos amigos de los que pueden llevarnos en una dirección equivocada?
Ésta es una manera segura: Pregúntate de qué manera el amigo te cambia la conducta, y no te engañes cuando contestes. Supongamos que eres dulce, amable, obediente, considerado y responsable. Supongamos que encuentras un nuevo amigo, y después de varias semanas o meses estás descuidando tus estudios y contestas mal a tus padres en casa. ¿Qué pasó? Quizá te parezca que tu nuevo amigo sencillamente te está ayudando a ser más como tú crees que quieres ser. Pero los “amigos” que te meten en problemas no son amigos, aun si los dos se divierten cuando están juntos.
¿Tienes algún amigo que te está apartando de Dios? Entonces ha llegado el momento de dejarlo y de encontrar amigos mejores. Es difícil, pero a la larga, ¡no es tan difícil como continuar una amistad que te perjudica!
PARA DIALOGAR: ¿Cuándo has tenido un amigo que te ha llevado por un rumbo equivocado? ¿Con qué amigo quiere Dios que tengas una amistad más cercana?
PARA ORAR: Pídele a Dios que te dé amigos realmente buenos que te ayuden a andar más cerca de él.
PARA HACER: Si tienes un amigo que te ha llevado por mal camino, habla con tus padres para ver si debes apartarte de él por un tiempo, o si debes romper esa amistad.


Anterior

Siguiente