Lectura bíblica: Salmo 9:7-10
Pero Jehovah permanecerá para siempre; ha dispuesto su trono para juicio. Él juzgará al mundo con justicia; hará juicio a los pueblos con rectitud. Salmo 9:7, 8
Todos quedan boquiabiertos cuando aparece Caro en la fiesta. Su vestido nuevo es magnífico, la última moda, y carísimo.
—Adelante —le dice Caro a Amanda—. Pregúntame dónde lo adquirí. Amanda no sabe qué decir.
—Es de esa tienda nueva en el centro —dice Caro sonriendo—. Pregúntame cuanto me costó. Amanda se encoge de hombros.
—Me salió gratis —dice Caro con un guiño—. Lo llevé al probador, me lo probé y me puse encima mi propia ropa. Y simplemente salí de la tienda. Es deslumbrador, ¿no te parece?
—Es hermoso —concuerda Amanda—. Pero, Caro, ¡no es tuyo!
—No me critiques —protesta Caro—. No hice nada malo. Necesitaba un vestido nuevo, y el precio era muy caro.
A los ladrones no les gusta que les digan que robar es incorrecto. A los pendencieros no les gusta oír que andar golpeando a otros es malo. Los que abusan de las drogas o el alcohol se rebelan cuando se les advierte del daño que se causan a ellos mismos y que causan a otros. Los seres humanos siempre han querido que los demás los dejen tranquilos para hacer lo malo.
Pero en estos días se oye de un concepto nuevo medio raro sobre el bien y el mal. Dice que puedes actuar como Caro, determinando tus propias reglas sobre lo que es bueno y lo que es malo. Pretende que aceptemos siempre las acciones de los demás, sin importarnos lo pecaminosas que sean.
Es como decir que debieras dejar que alguien se te acerque y te dé un puñetazo en la nariz, por el mero hecho de que esa persona afirma que está bien hacerlo.
Los mandatos de Dios son para todos: para todas las personas, en todos los tiempos y en todos los lugares. Cuando abandonamos lo que Dios afirma que es bueno, nos metemos en grandes problemas. Dios es el único Perfecto. Es el único capaz de juzgar correctamente entre lo bueno y lo malo. Es tonto festejar las malas acciones de alguien cuando viola claramente las reglas sabias de Dios.
A veces la mejor manera de amar a un amigo es no pasarle por alto algo malo que esté haciendo. Puedes aceptar a tu amigo, pero también puedes advertirle de que lo que está haciendo está mal. ¡A Dios le importa demasiado como para pasar por alto las malas conductas!
PARA DIALOGAR: ¿Cómo le explicarías lo que es bueno y lo que es malo a un amigo que piensa que todo lo que hace es correcto?
PARA ORAR: Señor, gracias porque nos amas tanto que nos indicas cuando hacemos lo malo. Ayúdanos a saber qué decirles a los amigos cuya conducta los está perjudicando.
PARA HACER: Prepara un cartel listando tres maneras de retar a alguien que hace lo malo. Comienza con: “Cuando alguien está haciendo lo malo, lo que haré es…”.