La clave de quién eres


Tiempo de lectura: 3 min

Lectura bíblica: Salmo 8:1-9
Lo has hecho [al hombre] un poco menor que los ángeles y le has coronado de gloria y de esplendor. Salmo 8:5
La mayoría de las chicas de la clase de Mónica pasan delante del espejo y apenas le dan una mirada, pero ella siempre se detiene y se contempla. Se acaricia el cabello. Se arregla la ropa. Hace miles de cositas hasta que decide que está perfecta. Después de todo, piensa ella, cómo luce es lo que la hace grandiosa.
Mónica puede ser la única que acapara el espejo, pero no es la única que cree haber encontrado el secreto para ser especial.

  • Héctor no se pierde oportunidad para recordarles a todos que él es el más inteligente de la clase.
  • Ana se jacta de ser la que tiene mejor puntería cuando juegan al baloncesto.
  • Ricardo le puede ganar a cualquiera en cualquier juego de vídeo que se haya inventado.
  • Tito vive en las casa más grande del pueblo.

Aunque cosas así nos pueden hacer sentir importantes, ninguna de ellas realmente importa. Son parte de lo que somos. Pero son sólo las capas exteriores.
Tema para comentar: Si ninguna de esas cosas son tan importantes, ¿qué es lo que realmente lo hace a uno especial?
Esa es una pregunta que vale la pena contestar, porque la forma como te ves a ti mismo determina si encaras la vida cotidiana con confianza. Afecta lo feliz que eres, cómo tratas a la gente y cómo le respondes a Dios. Necesitas saber que eres mucho más que tu aspecto exterior o dónde vives o lo bien que haces algo.
Puedes concentrarte tanto en perfeccionar tus capas exteriores que nunca llegas a descubrir la clave de quién eres. Como creyente, lo que te hace increíblemente especial es esto: Eres hijo del Rey.
Una chica comentó lo siguiente acerca de su amiga:
—Es una de las chicas más lindas del mundo, pero se cree grotesca. Es como si le estuviera diciendo a Dios: “Señor, si me hiciste así, entonces debes ser despreciable”.
Esa chica no comprende que sólo Dios sabe cómo realmente es ella, y que el hecho que le pertenece a él es lo más importante en ella. Eso es más valioso que lo linda que es, lo bien que le va en la escuela o los deportes, o lo popular que llega a ser.
Tú eres alguien de gran valor, hecho para parecerte y actuar como tu Creador. Él te ha coronado de gloria y honor por ser su hijo. Y cuando te acerques al Rey, empezarás a verte como la princesa o el príncipe que eres.
PARA DIALOGAR: Dios quiere que disfrutes ser la persona que él hizo que fueras. ¿Qué impide que te veas como hijo de Dios?
PARA ORAR: Señor, enséñanos a vernos a nosotros mismos como tú nos ves, y como la Biblia nos describe.
PARA HACER: Comparte esta clave con un amigo cristiano que cree que no vale nada: ¡Eres un hijo de Dios!


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