Ir creciendo como Dios quiere


Tiempo de lectura: 3 min

Lectura bíblica: 1 Pedro 5:5-7
Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios para que él os exalte al debido tiempo. 1 Pedro 5:6
—Creo en Cristo —admite Rogelio—, pero él no tiene mucho que ver con mi vida. Estoy muy ocupado. Estoy en un equipo de fútbol. Mis padres me hacen tocar la trompeta y cantar en el coro en la iglesia. Pero lo que realmente me gusta es hacer piruetas en mi patineta. No es que no quiera leer la Biblia para encontrar cómo Dios puede ser importante en mi vida; es que no tengo tiempo. He notado que Dios nunca parece tan cercano como los demás dicen que está. Pero sé que me quiere, así que cuando tengo un problema grande, oro mucho.
Cada año que pasa, tus padres, maestros y otros adultos en tu vida te van dando más libertad para hacer más cosas. Pero ir creciendo no es una oportunidad para agarrarte tu libertad y salir corriendo. Es una oportunidad para seguir a Dios por tu propia cuenta.
Tema para comentar: Si ir creciendo significa ir teniendo más libertad, ¿por qué querrías ceder tu libertad dejando que el Señor guíe tu vida?
Esta es la razón por la cual seguir a Dios es tan maravilloso.
Por empezar, la vida puede ser un gran problema cuando tú mismo determinas lo que vas a hacer. Cuando eres tú el que controla tu vida, te falta el gozo que deberías tener por ser creyente. El sentido de ansiedad te puede dominar cada vez más. Tienes poca paz porque estás resolviendo tus problemas sin ayuda de nadie. No tienes mucho poder sobre las tentaciones, y es posible que te desanimes más de lo que quieres admitir.
Pero piensa en lo que sucede cuando dejas que Dios te guíe. Dios te da valentía. Ve todo tu presente y todo tu futuro, de manera que te puede mostrar cómo vivir toda tu vida. Caminar sin Dios te hunde, Dios promete levantarte.
El pasaje que leíste presenta el primer paso para dejar que Dios te guíe en la vida. Te humillas ante Dios y dejas que dirija cómo vives, juegas y trabajas. En 1 Pedro 5:5 dice: “revestíos todos de humildad”. Esto es una alusión al esclavo que se pone un delantal antes de comenzar a servir. Nuestra responsabilidad es imitar a nuestro Señor, quien se ciñó con una toalla y sirvió a sus discípulos (ver Juan 13:4-17).
¿Cómo te “revistes de humildad”? Reconociendo que necesitas el poder de Dios en cada detalle de tu vida. Reconoces que necesitas la inteligencia de Dios. Reconoces que necesitas el amor de Dios. Te haces tiempo para Dios y sus propósitos, ¡y admites que necesitas toda la ayuda que te puede dar!
PARA DIALOGAR: ¿Qué tal tu relación con Dios? ¿Cuál es el próximo paso que puedes tomar para acercarte más a él?
PARA ORAR: Cuéntale a Dios que quieres estar más cerca de él.
PARA HACER: Haz una lista de los pro y los contra de ser creyente. Si tu lista de contras es más larga y más impresionate que tu lista de pros, ¡habla con un creyente maduro sobre las maravillosas bendiciones de seguir a Jesús!


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