Hasta la muerte


Tiempo de lectura: 3 min

Lectura bíblica: Filipenses 3:7-11
Por su causa lo he perdido todo y lo tengo por basura, a fin de ganar a Cristo y ser hallado en él. Filipenses 3:8, 
El árbitro levanta tarjeta roja. El jugador ha cometido una segunda infracción que merece amonestación y tiene que salir del campo de juego. Furioso, el director técnico de su equipo desafía al árbitro, y exige que cambie su decisión. Está bien que el jugador no es ningún Maradona, pero es uno de los mejores del equipo. Al ser suspendido, no sólo lo pierden a él sino que tienen que jugar con un jugador menos. El árbitro es inflexible. El director técnico sigue furioso hasta el final del partido cuando aumenta su furia porque perdieron.
Inmediatamente después del partido se va derecho a la cabina donde tienen el monitor de vídeo. Exige ver la jugada que provocó la tarjeta roja. Se la muestran y… ¡tiene que callarse la boca! Allí está la prueba irrefutable de que el jugador cometió la falta.
Las videocintas permiten volver a ver instantáneamente cualquier jugada. Pero no sirven para ver los acontecimientos históricos. No obstante, hay una manera digna de confianza de descubrir los hechos. Uno se compenetra del testimonio de los testigos oculares.
La vida de los primeros cristianos, los que vivían en aquel tiempo, brindan una descripción asombrosa de la resurrección de Cristo.
Tema para comentar: ¿Qué hubieran ganado los primeros cristianos con inventar una mentira acerca de la resurrección de Cristo? ¿Qué hubieran perdido?
Durante décadas después de la muerte de Jesús en la cruz, la vida de los que declaraban ser sus seguidores era más que difícil. Las autoridades se valían de todos los medios imaginables para que dejaran de testificar. Los primeros cristianos eran azotados, apedreados hasta morir, echados a los leones, torturados. Hasta los clavaban en cruces.
Los primeros cristianos no reaccionaban como hubiéramos esperado si todo era un invento. No decían: “Eh, estaba bromeando cuando decía eso de Jesús. Todavía está muerto”. En cambio, daban su vida como prueba de su seguridad total en la verdad de su mensaje.
Algunos dicen que los discípulos han de haber inventado un cuento sobre la resurrección. Pero si la resurrección era un cuento, ¿no te parece que por lo menos uno de los discípulos hubiera admitido la supuesta mentira por la cual algunos de los apóstoles fueron decapitados, apedreados o crucificados? ¿Y qué de las docenas de seguidores de Cristo que se negaban a ceder al ser torturados? ¿O los miles de creyentes del siglo I echados a los leones por negarse a dejar de creer en Cristo? Si la resu- rrección fuera un mentira, alguien hubiera flaqueado, dicho la verdad, traicionado a la causa y hubiera desenmascarado el complot secreto.
Sólo la verdad de las apariciones reales del Cristo resucitado podría haber causado que estas personas se mantuvieran firmes hasta la muerte en creer que Jesús vive y que es Señor. ¿Estás contento por la fidelidad de ellos que hace posible que conozcas la verdad?
PARA DIALOGAR: ¿Crees que los discípulos hubieran muerto por una mentira? ¿Por qué sí o por qué no?
PARA ORAR: Señor Jesús, ayúdanos a conocer por experiencia el poder de la resurrección que mantuvo fieles hasta la muerte a los primeros cristianos.
PARA HACER: En la actualidad, como en el pasado, hay creyentes perseguidos por su fe. Conversen, como familia, sobre cómo se manifiesta en la actualidad esta persecución.


Anterior

Siguiente