El factor fe


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Lectura bíblica: Hebreos 11:1-6
La fe es la constancia de las hechos que se esperan, la comprobación de los hechos que no se ven. Hebreos 11:1
¿Recuerdas a Lucy? Es a la que le resulta fácil ver a Dios obrando en su amiga Teresa, acercándola poquito a poco a aceptar a Cristo como su Salvador. Pero fíjate en esto: A Lucy le resulta difícil ver cómo Dios la puede ayudar con sus tareas escolares, así que se preocupa constantemente por sus calificaciones.
¿E Iván? Ve a Dios cambiando su vida de adentro para fuera como resultado del tiempo que dedica a leer la Biblia y a conversar con Dios. Pero con frecuencia opina que él solo es el que se ha ganado el dinero cortando césped y haciendo otros trabajitos. Por eso rara vez ofrenda a la iglesia algo del dinero que ganó “con el sudor de su frente”.
¿Qué clase de fe es esa?
¡La normal! Es el tipo de fe que tenemos la mayoría la mayor parte del tiempo.
La fe es el arquero de un equipo de fútbol, no se puede jugar un partido sin él. La Biblia usa palabras fuertes para describir el papel de la fe en la vida cristiana:

  • “Sin fe es imposible agradar a Dios” (Hebreos 11:6).
  • “Porque en él la justicia de Dios se revela por fe y para fe” (Romanos 1:17).
  • “Pues todo lo que no proviene de fe es pecado” (Romanos 14:23).

El apóstol Pablo dijo que la fe es una de las tres grandes cualidades de la vida cristiana, junto con la esperanza y el amor (ver 1 Corintios 13:13).
No puedes vivir sin fe. Pero la fe no comienza siendo fuerte. No comienza como el arquero que puede patear la pelota casi al otro extremo de la cancha. Es más como un bebé que se esfuerza por levantar la cabeza en la cuna.
Entonces a veces tu fe es fuerte. Puedes mirar una situación y ver a Dios obrando. En otras ocasiones, las dudas, las preocupaciones y la ignorancia espiritual pueden dificultar que confíes en Dios. A veces puedes decir: “¡Creo!”. Pero otras veces le ruegas a Dios que te ayude a confiar en él. Si alguna vez te encuentras atrapado entre creer y no creer eres normal.
Los discípulos de Jesús, aunque pudieron observar muy de cerca a su Maestro durante tres años, con frecuencia flaqueaban en su fe. ¿Te lo puedes imaginar? Vieron con sus propios ojos que Jesús resucitaba a los muertos, sanaba a los enfermos, calmaba las tormentas y echaba fuera demonios. Y, aun así, luchaban con su fe.
Cuando quieres que tu fe en Dios sea más grande, ora estas palabras de la boca de los discípulos más cercanos a Jesús, y confía en que Dios aumentará tu fe en él: “Auméntanos la fe” (Lucas 17:5).
PARA DIALOGAR: ¿Qué vas a hacer para aumentar tu fe? ¿Qué plan tiene Dios para ayudarte?
PARA ORAR: Señor, gracias por seguir con nosotros aun cuando nuestra fe no es totalmente madura.
PARA HACER: Fortalece tu fe dedicando tiempo a leer hoy la Biblia!


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