El amor que necesitas


Tiempo de lectura: 3 min

Lectura bíblica: Daniel 10:10, 11, 19
Hombre muy amado, no temas. Daniel 10:19
Demetrio había pasado demasiado tiempo haciendo piruetas con su bicicleta motocross, es decir, en su máquina de juegos de vídeo. Le contó a sus papás de todas las piruetas asombrosas que podría realizar si tuviera su propia bicicleta motocross. Demetrio empezó a importunar a sus padres para que le compraran la bici ahora. Cuando le contestaron que tendría que ahorrar su dinero de lo que le daban semanalmente, hacer trabajos extra y encontrar maneras de trabajar para los vecinos, les entregó su lista de los regalos que quería para Navidad, en junio. Vez tras vez repetía lo que él creía ser la mejor razón de todas: “¡Necesito esa bici!”.
Demetrio quiere una bicicleta, no es que la necesite. Una necesidad es algo distinto, y ni siquiera nuestras necesidades humanas más grandes —alimento, aire y agua— pueden compararse con nuestra necesidad inmensa de amar y ser amados.
Es probable que sepas en tu mente que eres amado. Después de todo, la Biblia presenta el amor de Dios por ti con absoluta claridad. Y alguien muy cerca de ti —uno de tus padres, un abuelo o un amigo cercano— probablemente te ha dicho esas palabritas mágicas: “Te amo”.
Pero escuchar que a uno lo aman no es suficiente. La pregunta clave es si nos sentimos amados. Cuando comprendemos el amor con nuestro cerebro y nuestro corazón es que nos sentimos amados.
Por ejemplo, podemos estar seguros de que Dios nos ama. Juan 1:12 declara que cuando recibimos a Cristo pasamos a ser hijos de Dios. Pero saber esa realidad al revés y al derecho no significa que hemos entendido la verdad y que la hemos experimentado. ¿Has pensado alguna vez acerca de todo lo que significa el amor de Dios?  Observa también estas verdades:

  • El Dios que hizo el universo quiere tener una relación cercana y familiar contigo.
  • Dios te recibe en sus brazos como un hijo profundamente amado sencillamente porque quiere que seas su hijo.
  • Dios sabe todo acerca de tus puntos débiles, tu falta de amor —y tus pecados pasados, presentes y futuros— y aun así quiere que seas su hijo.

Estas verdades suenan demasiado buenas para ser ciertas, ¡pero porque Dios es Dios, son ciertas! Dios quiere asir nuestro corazón y nuestra mente para que nos sintamos amados. Dice: tú eres “muy amado [por mí]” (ver Daniel 10:19). Toma ese versículo y personalízalo. “Dios me ama profundamente. No tengo que tener miedo ni sentirme inseguro. Soy digno de ser amado”. ¿No es increíble?
PARA DIALOGAR: ¿Qué aprendiste del amor de Dios por ti?
PARA ORAR: Dedica un momento para agradecer a Dios por lo que te ha mostrado de él mismo.
PARA HACER: Cuéntale estas verdades a un amigo que no está seguro del amor de Dios.


Anterior

Siguiente