Dios rompió tu molde


Tiempo de lectura: 3 min

Lectura bíblica: Salmo 139:13-18
Tú formaste mis entrañas… Te doy gracias porque has hecho maravillas. Salmo 139:13, 14
Qué susto se dio Celina. Paseando muy tranquila por el centro de su pueblo, de pronto vio a su hermana melliza.
Eso no tendría nada de raro si Celina tuviera una hermana melliza.
A Celina le empezó a dar vueltas las cabeza. Quizá ella y esta chica idéntica habían sido separadas cuando nacieron. O quizá sus padres la habían clonado secretamente. O quizá alguna extraña mutación había producido un chica igualita a ella.
Está bien, está bien. ¡Me inventé este cuento! La realidad es que vivirás toda tu vida y nunca te encontrarás con nadie que sea totalmente igual a ti centímetro por centímetro, kilo por kilo, nariz por nariz, oreja por oreja, cabello por cabello. Aun los mellizos “idénticos” tienen diferencias físicas. Aun si tu exterior se pareciera a otro, nadie puede ni siquiera empezar a describir las diferencias en tu interior. Nuestro cerebro tiene diferencias innatas evidentes. Nuestro medio ambiente crea diferencias aún mayores. Todas esas cosas se suman para hacer de cada uno de nosotros una persona tremendamente única.
Cuando se trató de crearte a ti, Dios te hizo singular. De los miles de millones de seres humanos en el planeta Tierra en este momento, nadie es justamente como tú. Ocupas un lugar único en los designios perfectos de Dios. Quizá no sepas todos los detalles de por qué Dios te diseñó exactamente de la manera como lo hizo. Pero él sí sabe. Aun antes de que nacieras, ya tenía planeado cada momento de tu vida.
A lo mejor eres sesudo pero te gustaría ser un buen deportista. O a lo mejor eres callado y preferirías ser el que alegra todas las fiestas. No obstante, cada cualidad tiene su valor. Por eso, no malgastes tu vida deseando tener el cabello, el cuerpo, los talentos o las habilidades de alguna otra persona. Cada minuto que te enfocas en tratar de ser como otra persona es un minuto que te pierdes de ser tú mismo.
A Dios le superencanta la variedad. Por eso no es lógico pensar que pudiera crear gente idéntica. Su amor por nuestras diferencias se nota en la manera como nos creó. Altos, bajos, gordos, delgados. Gente que necesita anteojos. Gente a quienes les gusta dejarse crecer la barba. Ojos negros, ojos azules. Gente con tonos de piel diferentes y con diferentes colores de cabello. Dios los hizo a todos.
Dios te ha dado una personalidad con cualidades y habilidades especiales, ¡cosas que hacen que tú seas ! Sólo cuando puedas apreciar esas características podrás desarrollarlas al máximo. ¡Y únicamente cuando pongas en práctica todos los dones que Dios te ha dado serás todo lo que Dios tuvo la intención que fueras!
PARA DIALOGAR: Piensa en las cualidades especiales que Dios le ha dado a cada uno de tus familiares. ¿De qué manera puede cada uno de ustedes usar esos dones para servirle?
PARA ORAR: Señor, ayúdanos a valorar las cualidades singulares que tú has dado a cada integrante de nuestra familia.
PARA HACER: Demuestra hoy tu aprecio por la singularidad de cada uno de tus familiares.


Anterior

Siguiente