Lectura bíblica: 1 Juan 2:1-6
El que dice que permanece en él debe andar como él anduvo. 1 Juan 2:6
Toma el siguiente breve examen. ¿Cuántas de las siguientes acciones demuestran cariño?
- Si un amigo aparece en la iglesia con la cara sucia, le aviso en privado para que pueda limpiársela.
- Dejo que mis amigos a quienes les gusta colorear, recortar y pegar usen mi pegamento.
- A veces cuando juego al fútbol con mis amigos a propósito tiro mal la pelota para que no se sientan mal por ser tan malos jugadores.
Aunque esos quizá no sean los ejemplos de amistad más significativos del mundo, por lo menos son un comienzo. Porque el cariño es más que un sentimiento. Es una acción.
Ten en cuenta esto: Todas tus acciones correctas, buenas y cariñosas quizá no vayan acompañadas de un diluvio de sentimientos cálidos de amor o afecto.
No siempre te sientes con ganas de obedecer a tus padres, de realizar tus tareas escolares o de cepillarte los dientes. Pero la mayoría de las veces te las arreglas para hacer estas cosas porque has decidido hacer lo correcto.
Con el amor sucede lo mismo. No es algo que siempre sientes; es algo que haces. Es posible que te sientas bien cuando realizas acciones cariñosas, pero Dios quiere que ames aunque no te hagan sentir bien. Jesús no se sentía con ganas de dar su vida para salvar a la raza humana. Oró, tratando de buscar una manera de evitar la cruz (ver Mateo 26:38, 39). Pero decidió seguir el plan de Dios y sacrificarse por nuestros pecados.
Cuando no estás seguro si en realidad amas a otros como es el propósito de Dios, usa esta lista para comprobar si lo estás haciendo o no:
❑ Considero que la salud, la felicidad y el crecimiento de mis amigos son tan importantes para mí como mi propia salud, felicidad y crecimiento.
❑ Ayudo a mis amigos a madurar en todas las maneras posibles: mental, física, espiritual y socialmente.
❑ Protejo a mis amigos de todo lo que pone en peligro el bienestar de ellos.
❑ Ayudo a mis amigos a querer más a Dios.
Si podemos hacer estas declaraciones con total sinceridad, realmente amamos a los demás. Cuando ponemos en acción nuestro cariño, los estamos amando con el amor más grande del universo. Es el tipo de amor de la vida real, repleto de acción, que Dios nos ha demostrado a nosotros.
PARA DIALOGAR: ¿A quién conoces que necesita tu cariño, aunque no te sientas con ganas de demostrárselo? ¿Cómo puedes usar el amor de Dios para amar a esa persona?
PARA ORAR: Señor Jesús, ayúdanos a amar como tú amaste, no sólo de palabra sino con nuestras acciones.
PARA HACER: Quizá hayas tenido la intención de hacer algo grande por un amigo, pero todavía no lo has hecho. ¡Házlo hoy!