Lectura bíblica: Marcos 12:28-34
Y amarle [a Dios] con todo el corazón, con todo el entendimiento, y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo. Marcos 12:33
Cierto o falso: Al comienzo de los vuelos por avión, la azafata
❑ Cierto | ❑ Falso | te dice el destino del viaje |
❑ Cierto | ❑ Falso | señala las salidas de emergencia |
❑ Cierto | ❑ Falso | explica cómo abrocharse el cinturón de seguridad |
❑ Cierto | ❑ Falso | te indica: “En caso de una pérdida súbita de presión en la cabina, usted tiene que ayudar al que tiene al lado a ponerse la máscara de oxígeno, antes de ponerse la suya”. |
Si marcaste “falso” a la última frase, eres un pasajero brillante. Esta es la regla: Si el interior del avión de pronto sufre una falta de oxígeno, lo primero que tienes que hacer es ponerte tu propia máscara de oxígeno. Recién entonces puedes ayudar a los que están sentados a tu alrededor. Después de todo, si te falta el aire, no puedes ayudar a nadie, ni siquiera ayudarte a ti mismo.
El amor que uno se tiene a uno mismo funciona de la misma manera. Jesús dijo que amáramos a otros como nos amamos a nosotros mismos (ver Mateo 22:39) porque el tipo apropiado de amor propio nos capacita para amar a otros.
- Físicamente: Te abrochas el cinturón de seguridad en el auto, te niegas a fumar, beber, andar en drogas y duermes las horas que debes para no estar de mal humor.
- Mentalmente: Guardas tu mente apagando las videocintas, la música, las películas y los programas de TV negativos.
- Socialmente: Evitas los grupos que te tientan a hacer lo malo.
- Espiritualmente: Llenas tu corazón con las Escrituras, te sientes responsable ante los demás y te mantienes firme contra los intentos de Satanás de desanimarte.
Amor propio en el sentido que lo estamos usando aquí significa invertir tiempo y esfuerzo en nuestro propio desarrollo de manera que estemos preparados para ayudar a otros, porque no podemos dar lo que no tenemos. Sólo cuando nos amamos y cuidamos a nosotros mismos nos vamos capacitando para amar y cuidar a otros como nos ordenó Cristo.
Si hacemos menos, si no nos cuidamos sabiamente a nosotros mismos, nos perjudicamos nosotros mismos y perjudicamos a otros. Nos privamos del amor sano que Dios espera que nos tengamos. Y no tenemos lo que necesitamos para servir a otros. ¡Dios te ama demasiado para dejar que te desprecies a ti mismo!
PARA DIALOGAR: ¿De qué manera puedes amarte sabiamente a ti mismo? ¿De qué manera puedes ayudar a otros en tu familia a cuidarse a sí mismos?
PARA ORAR: Señor, te damos gracias porque crees que vale la pena que nos cuidemos.
PARA HACER: ¿Cómo te estás privando de un amor propio sano? Elige un área y una meta para cuidarte mejor a ti mismo.