Cuídate a ti mismo primero


Tiempo de lectura: 3 min

Lectura bíblica: Marcos 12:28-34
Y amarle [a Dios] con todo el corazón, con todo el entendimiento, y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo. Marcos 12:33
Cierto o falso: Al comienzo de los vuelos por avión, la azafata

Cierto Falso te dice el destino del viaje
Cierto Falso señala las salidas de emergencia
Cierto Falso explica cómo abrocharse el cinturón de seguridad
Cierto Falso te indica: “En caso de una pérdida súbita de presión en la cabina, usted tiene que ayudar al que tiene al lado a ponerse la máscara de oxígeno, antes de ponerse la suya”.

Si marcaste “falso” a la última frase, eres un pasajero brillante. Esta es la regla: Si el interior del avión de pronto sufre una falta de oxígeno, lo primero que tienes que hacer es ponerte tu propia máscara de oxígeno. Recién entonces puedes ayudar a los que están sentados a tu alrededor. Después de todo, si te falta el aire, no puedes ayudar a nadie, ni siquiera ayudarte a ti mismo.
El amor que uno se tiene a uno mismo funciona de la misma manera. Jesús dijo que amáramos a otros como nos amamos a nosotros mismos (ver Mateo 22:39) porque el tipo apropiado de amor propio nos capacita para amar a otros.

  • Físicamente: Te abrochas el cinturón de seguridad en el auto, te niegas a fumar, beber, andar en drogas y duermes las horas que debes para no estar de mal humor.
  • Mentalmente: Guardas tu mente apagando las videocintas, la música, las películas y los programas de TV negativos.
  • Socialmente: Evitas los grupos que te tientan a hacer lo malo.
  • Espiritualmente: Llenas tu corazón con las Escrituras, te sientes responsable ante los demás y te mantienes firme contra los intentos de Satanás de desanimarte.

Amor propio en el sentido que lo estamos usando aquí significa invertir tiempo y esfuerzo en nuestro propio desarrollo de manera que estemos preparados para ayudar a otros, porque no podemos dar lo que no tenemos. Sólo cuando nos amamos y cuidamos a nosotros mismos nos vamos capacitando para amar y cuidar a otros como nos ordenó Cristo.
Si hacemos menos, si no nos cuidamos sabiamente a nosotros mismos, nos perjudicamos nosotros mismos y perjudicamos a otros. Nos privamos del amor sano que Dios espera que nos tengamos. Y no tenemos lo que necesitamos para servir a otros. ¡Dios te ama demasiado para dejar que te desprecies a ti mismo!
PARA DIALOGAR: ¿De qué manera puedes amarte sabiamente a ti mismo? ¿De qué manera puedes ayudar a otros en tu familia a cuidarse a sí mismos?
PARA ORAR: Señor, te damos gracias porque crees que vale la pena que nos cuidemos.
PARA HACER: ¿Cómo te estás privando de un amor propio sano? Elige un área y una meta para cuidarte mejor a ti mismo.


Anterior

Siguiente