Camino a Disneylandia


Tiempo de lectura: 3 min

Lectura bíblica: Gálatas 5:16, 17
Andad en el Espíritu, y así jamás satisfaréis los malos deseos de la carne. Gálatas 5:16
Imaginémonos que te mueres de ganas por ir a Disneylandia. Ya te las arreglaste para alcanzar los pedales y poder ver sobre el volante —no intentes esto en ninguna otra parte más que tu imaginación— y te lanzas a la carretera. Te concentras en mantener el coche en el carril debido, en medio del terrible tráfico, cuando de pronto ves un cartel que dice “Disneylandia — Próxima salida”. El cartel parece real. Es como todos los demás que marcan el camino. Pero la salida no está para nada donde creías que estaría, y estás seguro de que sabes un trayecto más fácil para llegar al lugar más divertido del mundo.
Tienes dos opciones, que te dan dos resultados muy distintos.

  • Primera opción: Confías en el cartel y sigues sus indicaciones. Y esto es lo que sucede: Al seguir la ruta marcada —aunque te parece que no coincide con tus instintos— ves paisajes que nunca hubieras encontrado tú solo. Y llegas derecho a la entrada de Disneylandia.
  • Segunda opción: No le haces caso al cartel y tomas tu propio atajo. Y esto es lo que sucede: El atajo que parecía tan bueno al principio te aleja más y más de tu feliz destino, y al final tu auto se lanza al vacío por uno de esos puentes sin terminar tan famosos en las películas.

Aunque quizá no puedas subir al auto y manejar a Disneylandia, enfrentas opciones similares todo el tiempo.
Dentro de cada uno de nosotros hay una “naturaleza pecadora”, un impulso o anhelo o deseo de hacer lo malo. Es el instinto que nos lleva a tomar atajos que parecen mejores. Pero como creyentes se libra dentro de nuestro corazón una batalla al querer decidir por qué rumbo tomar, porque también tenemos dentro nuestro al Espíritu Santo. Éste es el que nos insta a seguir en las sendas de Dios y hacer lo bueno.
Aquí tienes una garantía: Cuando sigues los deseos de tu naturaleza pecaminosa, terminas en caminos que no te llevan a donde quieres ir. Te alejas más y más de tu destino, y acabas en un lugar llamado Destrucción. Pero prestar atención al Espíritu brinda beneficios que no te puedes imaginar. Te pone en el camino al destino de tus sueños (Romanos 8:13; Gálatas 5:19-23).
¿Te das cuenta? Cada decisión que tienes por delante te coloca en un cruce en el camino. Puedes seguir el camino del Espíritu Santo o el camino de tu naturaleza pecadora. ¿Qué camino prefieres tomar?
PARA DIALOGAR: ¿Qué buenos resultados obtienes cuando sigues al Espíritu? ¿Significa eso que obedecer al Espíritu es más fácil? Explica tu respuesta.
PARA ORAR: Señor, gracias por darnos el Espíritu para orientarnos. Confiamos en que tú sabes cómo guiarnos a lugares buenos.
PARA HACER: Puedes oír lo que el Espíritu dice a medida que aprendes la Palabra de Dios. ¿Te debates ante una decisión de hacer lo bueno o hacer lo malo? Obtén orientación y aliento viendo lo que la Biblia dice acerca de tu batalla.


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