A todo esto ¿quién eres tú?


Tiempo de lectura: 3 min

Lectura bíblica: Romanos 12:1-3
Nadie tenga más alto concepto de sí que el que deba tener; más bien, que piense con sensatez, conforme a la medida de la fe que Dios repartió a cada uno. Romanos 12:3
Siempre resulta divertido sacar un montón de fotografías tuyas y ponerlas en orden por año para ver como has cambiado. Allí estás con ese raro corte de pelo que tenías que tener. El vestido o el pantalón estaba tan de moda que tenías que usarlo todos los días. Y está la cosa principal que puedes detectar al revisar esas fotos: la persona que ves en esas fotos año tras año crece continuamente.
No obstante, puede ser que tu autoimagen se esté achicando.
Tu autoimagen proviene de lo que los demás te dicen. Al ir creciendo te ves según lo que tus padres, maestros, amigos, hermanos y hermanas dicen y piensan, y cómo se portan contigo. Estas opiniones alimentan tu mente juvenil. Quizá te estás alimentado con información nutritiva y acertada de ti mismo. Quizá te has alimentado de dulces y alimentos llenos de calorías: te han dicho que no tienes defectos. Y quizá has estado recibiendo las sobras podridas: te han alimentado con un concepto totalmente negativo de ti mismo.
Contesta esto: ¿Recibes alguna vez comentarios negativos como los siguientes, aunque sean en broma?

  • “Estás en el grupo de lectura de los bobos”.
  • “¿Qué quieres, retardado?”.
  • “¿Por qué nunca puedes ayudar? No sirves para nada”.
  • “¿Por qué no te puedes portar bien como tu hermana?”.

¿Qué sucede cuando oyes comentarios como esos de ti mismo? Empiezas a creer lo que te dicen.
Primero, lo oyes: “Eres tonto”.
Segundo, lo piensas: ¿Tendrá razón? ¿Soy realmente tonto?
Luego tienes una experiencia que lo subraya. Cometes un grande error y alguien se ríe de ti y dice: “Eso sí que fue tonto”.
Después empiezas a sentirlo: ¡Que bobo fui! Me siento bastante tonto.
Por último, lo crees: Me dicen que soy un tonto, hago cosas tontas y me siento tonto. Debe ser cierto. Soy un tonto.
¿Te das cuenta por qué es tan importante saber lo que Dios dice de ti? Cuando lees la Biblia, te vas dando cuenta cuánto te valora Dios. Cuanto más te ves como Dios te ve, más acertado estarás en cuanto a quién realmente eres. Y el concepto de Dios es el acertado.
PARA DIALOGAR: ¿Cómo han influido los demás en el concepto que te has ido formando de ti mismo? ¿Te han dado un concepto acertado o uno deformado y feo?
PARA ORAR: Señor, queremos que tu Palabra nos llene de tu concepto acerca de nosotros. Gracias porque el concepto tuyo es el acertado.
PARA HACER: Levanta la autoimagen de un integrante de tu familia. Dile algo bueno —y auténtico— que ves en él o ella.


Anterior

Siguiente